Capítulo 12. Obsesión

Aún no era mediodía cuando la oscuridad se apoderó de la ciudad. El día había amanecido con un sol tan cálido y deslumbrante que nadie en su sano juicio hubiese pronosticado el aguacero que caería sobre la ciudad justo en el momento en que empezaba la tarde. El cielo que había permanecido limpio y azul durante toda la mañana, empezó a colmarse de unos nubarrones oscuros que sólo presagiaban tragedias en una ciudad como aquella. Sentado en una de las sillas del fondo del bus articulado, Marcos vio como la ciudad veraniega que había dejado cuando salió de su casa … Continúa leyendo Capítulo 12. Obsesión